Pobreza se dispara al 40% en Argentina, pero el cálculo omite impacto de la reciente inflación

La pobreza en Argentina ha alcanzado un preocupante 40%, sin embargo, es importante señalar que este cálculo no contempla el devastador impacto de la inflación que se ha registrado en los últimos dos meses. A pesar de esta omisión, lo que resulta aún más alarmante es que el 56% de la población infantil se encuentra atrapada en esta realidad desgarradora.

El estudio, que arrojó esta alarmante cifra de pobreza, se realizó antes de la devaluación posterior a las PASO y no tiene en cuenta la inflación de dos dígitos que ha sacudido a nuestro país en los últimos dos meses. Esto significa que la situación económica podría ser aún más grave de lo que indican los números actuales.

La devaluación del peso tras las elecciones PASO y la inflación desenfrenada han golpeado duramente a la economía nacional. Los precios de los alimentos, la vivienda y otros productos esenciales se han disparado, haciendo que muchas familias luchan por llegar a fin de mes. Es evidente que esta crisis económica ha tenido un impacto significativo en la calidad de vida de la población.

Aunque el estudio no refleje la totalidad de la situación actual, lo que sí es innegable es que la infancia en Argentina está sufriendo de manera desproporcionada. El 56% de los niños en el país se encuentran en condiciones de pobreza, lo que pone en riesgo su acceso a una alimentación adecuada, una educación de calidad y un futuro promisorio.

La omisión de la inflación en el cálculo de pobreza es un asunto que debe ser abordado con urgencia por parte de las autoridades nacionales y locales, así como por la sociedad en su conjunto. La falta de un enfoque integral en esta medición puede llevar a subestimar la magnitud de la crisis y retrasar la toma de medidas efectivas.

Las organizaciones no gubernamentales y las instituciones de caridad continúan brindando apoyo a las familias más necesitadas, pero se necesita una respuesta más amplia y coordinada por parte del gobierno para abordar esta situación. La proximidad de las elecciones y el doble rol del ministro de economía como candidato no ayuda a que se hagan propuestas serias ya que todo parece valer en tiempos de campaña, donde los anuncios en materia de economía son numerosos y cortoplacistas para alimentar un aparato clientelar constante y enorme, mientras los otros candidatos se desviven por explicar propuestas cada vez menos realistas teniendo en cuenta la catastrófica situación en la que quedará la economía luego de las elecciones. El problema será del próximo gobierno, y el oficialismo cuenta con que sea otro el que pague los platos rotos.