Primer debate presidencial 2023: Sin pena ni gloria

En un debate presidencial marcado por las chicanas, réplicas mal administradas y respuestas poco claras, los candidatos dejaron mucho que desear en cuanto a su desempeño. Más que un intercambio de propuestas y visiones, pareció un «President Got Talent» donde la confrontación y el showmanship primaron sobre los temas de importancia para el país.

Desde el inicio del debate, los candidatos se enfrascaron en una serie de ataques personales y chistes sarcásticos, dejando de lado la oportunidad de presentar ideas sólidas y soluciones concretas a los problemas que enfrenta la nación. Las chicanas y los intentos de desacreditar al oponente fueron la tónica dominante, eclipsando cualquier intento de discusión seria.

El debate estuvo marcado por momentos de tensión durante la fase de preguntas y respuestas entre los candidatos. Sergio Massa y Javier Milei se encontraron en una polarización evidente, mientras Patricia Bullrich cargó contra ambos para no quedar fuera de la disputa.

A lo largo de un encuentro que duró dos horas, los líderes políticos se enfrentaron en varios intercambios, aunque es importante destacar que no hubo insultos ni comportamientos inapropiados. Por otra parte, los candidatos parecieron carecer de filo y convicción en sus intervenciones. Hubo una notable falta de liderazgo y claridad en sus posturas, lo que dejó a los ciudadanos con más preguntas que respuestas. En lugar de brindar confianza y seguridad, los candidatos parecieron estar más preocupados por ganar puntos en el espectáculo mediático que por presentar soluciones reales a los desafíos que enfrenta el país.

Los cinco candidatos presidenciales participaron en el primer debate que en esta oportunidad se desarrolló en Santiago del Estero. En este evento, Javier Milei, representante del pensamiento libertario, y Sergio Massa, del oficialismo, buscaron destacar sus diferencias de cara a las elecciones del 22 de octubre. Mientras tanto, Patricia Bullrich, Juan Schiaretti y Myriam Bregman apuntaron sus críticas hacia ambos candidatos.

En la noche del debate, los temas principales de discusión fueron la economía, la educación y los derechos humanos, y estos temas generaron controversias.

Además, después de analizar los resultados, los equipos de todos los candidatos se mostraron satisfechos con el desempeño de sus respectivos candidatos, según informó Noticias Argentinas, y ninguno realizó autocríticas.

Una novedad en el debate presidencial fue la introducción del derecho a réplica, que varios candidatos se apresuraron en gastar en el primer segmento y quedaron imposibilitados de cuestionar las distintas posturas en los siguientes.

Hubo otro momento destacado en la noche cuando se permitieron preguntas cruzadas directas. En este segmento, el Ministro de Economía y el candidato libertario se eligieron mutuamente para hacer preguntas en primer lugar.

En el tema económico, los principales puntos de conflicto se centraron en Massa, debido a su papel en el Gobierno, y en la propuesta de Milei de dolarización, que el diputado defendió como la única forma de combatir la inflación.

En un intercambio, Milei expresó que le causaba «gracia» la posición de Massa y le instó a enfocarse en reducir la inflación. Además, Milei desató una controversia al mencionar la cifra de desaparecidos durante la última dictadura al decir: «No fueron 30,000».

Por su parte, el Ministro de Economía le pidió a Milei que se disculpara con el Papa Francisco, a lo que Milei respondió que ya lo había hecho, a pesar de que en una entrevista reciente volvió a cuestionar al Papa sobre este tema. También lanzó un comentario dirigido a Bullrich agradeciéndole por haber restituido el 13% a los jubilados.

Patricia Bullrich, representante de Juntos por el Cambio, acusó a Milei de querer convertir a Argentina en un «paraíso fiscal» debido a su propuesta de eliminar el Banco Central. También lo criticó por su apoyo a la eliminación de la educación pública, diciendo: «Andá con los vouchers a la puna, donde hay una sola escuela».

Al hablar sobre la gestión de Macri, la ex ministra de Seguridad cuestionó cómo alguien que fue considerado el peor ministro de Economía podría ser un buen Presidente.

Myriam Bregman, por su parte, lanzó críticas hacia todos los candidatos y dejó una frase que se viralizó en redes sociales al referirse a Milei como el «gatito mimoso del poder económico».

El actual gobernador de Córdoba Juan Schiaretti actuó con moderación, sin dejarse arrastrar a las argumentaciones y mantuvo un perfil conciliador mencionando su modelo de gobierno federal, acabar con la grieta y hablar del futuro, utilizando siempre como ejemplo su gestión en nuestra provincia, arma de doble filo ya que puede seducir a extraños pero los habitantes de Córdoba viven una realidad distinta a la montada por el gobernador.

En todo caso, una oportunidad perdida, donde el ministro de economía Sergio Massa no logró explicar cómo solucionar lo que no puede resolver estando hace ya mas de un año en el cargo, Patricia Bullrich no dejó ningún dato sólido, aparte de su autopercibida fortaleza, de qué medidas implementaría para acomodar la economía, Javier Milei al filo del desborde habló de 20 o 35 años de gestión para mejorar la economía, ignorando los plazos constitucionales de mandato presidencial, Myriam Bregman reclamó por Santiago Maldonado y contra el FMI, sin proponer nada más que sus criticas a los demás, y Juan Schiaretti quedó fuera de lugar con una modalidad de discurso que ya no se acostumbra, en una arena que está cada vez más contaminada de la agresión, la descalificación y el recurso mediático.