En una entrevista cargada de definiciones, Alejandro Boero calificó a Marcos Torres como “el mejor intendente que ha tenido Alta Gracia”. Lo hizo en diálogo con Hugo Grassino, en los estudios de Lux TV Contenidos, donde también criticó la crisis educativa, la política nacional y la repetición en los medios locales.
La escena se dio en los estudios de Radio Bar. Hugo Grassino abrió la charla con tono distendido, pero pronto las preguntas llevaron a Alejandro Boero a definiciones que incomodan y seducen por igual.
“Marcos Torres ha sido el mejor intendente que ha tenido Alta Gracia, sin dudas”, afirmó Boero, casi sin titubeos. Recordó la pandemia, los decretos que llegaban los sábados por la mañana y la presión de bajar persianas sin certezas. “Nunca le mintió al electorado, siempre fue frontal”.
El elogio no quedó ahí. Boero trazó un contraste con el hermano del intendente: “Marcos Torres no es Facundo Torres. Tienen lazo sanguíneo, pero proyectos distintos”. Y deslizó un deseo: que, como presidente del PJ local, abra el debate sobre “hacia dónde tiene que ir el peronismo del siglo XXI”.
Pero la conversación se movió rápido del halago al diagnóstico. En tono grave, Boero habló de la política nacional: “Milei no es un extraterrestre. Es el emergente de una sociedad defraudada”. Describió una democracia agotada, sin recambio educativo ni generacional: “No tenemos pibes pensantes, analíticos, críticos. Viven en la pantalla y en un termo”.
El contraste fue inevitable. Mientras el periodista defendía a un intendente local por su frontalidad, cuestionaba a la política nacional por su falta de respuestas estructurales. La tensión entre lo micro y lo macro se colaba en cada frase.
La charla derivó en la autocrítica mediática. Boero miró hacia adentro: “Todas las programaciones que hoy tiene Alta Gracia a la mañana se copian. Los compromisos económicos muchas veces condicionan lo que puede ser una buena producción periodística”. Su escepticismo sobre el streaming reforzó la idea de una ciudad atrapada entre la tradición radial y la urgencia por innovar: “Es muy difícil que funcione si no está vinculado a una radio. La gente todavía engancha el dial a la mañana”.
En medio del debate, apareció un dato brutal: siete millones de alfajores se consumen por día en la Argentina, y para muchas familias se convirtieron en el único alimento. “No es culpa de Milei, es culpa de la democracia desde 1983 hasta acá”, lanzó Boero, ubicando la pobreza como síntoma persistente más allá de colores políticos.
El diálogo fue más que una entrevista. Fue un ejercicio de periodismo de periodistas, donde dos voces mediáticas hablaron de política, de política hablaron de medios y, en ese cruce, revelaron la fragilidad de ambas esferas. El elogio a un intendente, en boca de un locutor de radio que convive con la pauta oficial, no se lee igual que la crítica a un presidente distante.
Alta Gracia se miró al espejo en esa conversación. Y la pregunta quedó flotando: ¿qué ocurre cuando el periodismo elogia al poder que también lo financia?