El caso Spagnuolo: audios, dólares y un entramado de poder que incomoda al Mileísmo

La caída del exdirector de la ANDIS desató una crisis política que ya toca a laboratorios, empresarios y al círculo íntimo del Presidente. Audios filtrados, allanamientos y una foto que se convirtió en símbolo revelan un entramado de vínculos que desafía el relato de pureza libertaria.

El escándalo Spagnuolo comenzó como una filtración de audios y terminó abriendo un frente político que golpea en el corazón del oficialismo. Diego Orlando Spagnuolo, abogado cordobés y amigo íntimo de Javier Milei, pasó de ser una pieza clave en la mesa chica libertaria a un acusado que, con sus propias palabras, puso bajo sospecha a la familia presidencial.

En las grabaciones, Spagnuolo describe un esquema de coimas en la compra de medicamentos de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Allí señala que los laboratorios debían inflar un 8% los precios, de los cuales 3 puntos irían para Karina Milei, mientras Eduardo “Lule” Menem coordinaba la operatoria. “Seguramente es así: el 1% se lo lleva la operatoria, otro 1% para mí y Karina se queda con el 3”, se escucha.

Según el propio Spagnuolo, intentó advertirle al Presidente: “Estoy denunciando todos los choreos, ¿qué hago?”. La supuesta respuesta de Milei habría sido tan lacónica como comprometedora: “¿Qué hago?”.

La Justicia federal se movió rápido. El juez Sebastián Casanello ordenó allanamientos múltiples que dejaron imágenes difíciles de ignorar: en Nordelta, Emmanuel Kovalivker, accionista de la droguería Suizo Argentina, fue interceptado cuando intentaba salir en su auto. En el asiento trasero llevaba sobres con 266 mil dólares y siete millones de pesos, además de su celular y pasaporte. Suizo Argentina es la principal proveedora de la ANDIS y aparece mencionada de forma directa en los audios.

La firma, de control familiar, concentra su capital en Eduardo Jorge Kovalivker (64,5%) y Jonathan Kovalivker (algo más del 21%), presidente de la empresa y de creciente exposición política.

El caso tomó un cariz simbólico con una selfie de 2022 recuperada del archivo de Spagnuolo: Javier y Karina Milei, Martín y Lule Menem y Rodolfo Eiben —presidente del Partido Demócrata de Córdoba y hoy parlamentario del Mercosur— viajaban juntos por San Juan. La foto, más que prueba judicial, funciona como postal política de una red de proximidades que cimentó el ascenso libertario.

Eiben no enfrenta acusaciones en esta causa y, según las fuentes relevadas, no hay vínculo directo documentado entre él y los Kovalivker; su nombre aparece por su papel en el armado político y su proximidad a los Milei y a los Menem.

El libertarismo construyó su relato en torno a la lucha contra la “casta” y la promesa de transparencia. Hoy enfrenta un caso que combina audios, dólares en sobres, máquinas de contar billetes, vínculos empresariales y políticos y fotos del pasado reciente. La oposición habla de “asociación ilícita” y ya impulsa citaciones en el Congreso; el oficialismo sostiene que los audios están “editados” y denuncia una operación electoral.

La crisis, sin embargo, excede la disputa judicial. La pregunta que flota es política y más profunda: ¿puede un gobierno que nació prometiendo romper con las viejas prácticas sobrevivir a la sospecha de haberse enredado en ellas desde el inicio?

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