El Municipio convoca a la nueva comisión de Colectividades mientras el bloque oficialista cajonea el balance

El Ejecutivo convocó a la Asamblea para conformar la comisión del XXXVII Encuentro, aunque el Concejo aún no trató el balance del XXXV, presentado con seis meses de demora y sin control real.

La Municipalidad de Alta Gracia oficializó la convocatoria para conformar la Comisión Ejecutiva del XXXVII Encuentro Anual de Colectividades, pero lo hizo en un contexto marcado por la falta de rendición de cuentas: el balance del XXXV Encuentro permanece sin tratamiento en el Concejo Deliberante, retenido por el bloque oficialista en la Comisión de Hacienda.

El Decreto N.º 2847/25, firmado por el intendente Marcos Torres Lima, llama a Asamblea para el 13 de octubre a las 18 horas en la Casa de la Cultura, con el fin de integrar la comisión organizadora de la próxima edición. La convocatoria se dirige a instituciones y personas de reconocida trayectoria comunitaria.

La Fiesta de las Colectividades 2025 finalizó el 9 de febrero. Según la Ordenanza N.º 7810, la memoria, balance y estado de resultados deben presentarse dentro de los 60 días posteriores (es decir, antes del 10 de abril). Sin embargo, el expediente con el balance recién ingresó al Concejo el 27 de agosto, más de 200 días después. La demora, que excede ampliamente lo fijado por la normativa, no es un dato menor: presentar un balance medio año más tarde implica la posibilidad cierta de “dibujar” los números, en un documento que de por sí carece de controles técnicos serios, ya que los concejales oficialistas no cuentan con herramientas ni voluntad política para auditarlo en profundidad.

En paralelo, en la sesión del 10 de septiembre, ingresó el Expediente 596/I/22, que otorga la eximición de impuestos inmobiliarios y automotores al propietario del predio utilizado para el festival. Este beneficio representa un costo indirecto asumido por el municipio, clave para dimensionar el verdadero impacto económico del evento.

La convocatoria a la nueva comisión ocurre, entonces, mientras se avanza en la organización del futuro festival sin haber discutido todavía los números del pasado. Un escenario de recurrente falta de rendición de cuentas, donde todo indica que el balance terminará siendo aprobado por el oficialismo en el Concejo como una simple convalidación automática, sin debate real ni control institucional.

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