La recuperación de la Colonia Santa Fe fue presentada como un acuerdo histórico entre el intendente Marcos Torres y el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. El anuncio entusiasma a vecinos y despierta la memoria de generaciones que disfrutaron del predio, pero también abre interrogantes inevitables: ¿quién se queda con la obra pública en Alta Gracia?, ¿qué rol juega Hugo Testa en la adjudicación de las obras? y ¿quién gana realmente con el acuerdo Torres–Pullaro?
La Colonia, inaugurada en 1927, llegó a recibir hasta 7.000 visitantes al año. Sus ocho chalets y su comedor fueron un emblema del turismo social santafesino. Tras el cierre en 2018, se convirtió en un símbolo del abandono, con edificios deteriorados, maleza y riesgo de usurpaciones.
El convenio firmado establece que la Municipalidad de Alta Gracia financiará y ejecutará las obras de recuperación, con el acompañamiento económico del Gobierno de Córdoba. En paralelo, la Provincia de Santa Fe cede en comodato 1,5 hectáreas para un futuro Centro Cívico y 3 hectáreas junto al arroyo Chicamtoltina para usos turísticos y recreativos.
La inversión es considerable: la restauración incluye la puesta en valor de los chalets, el comedor, la vivienda del cuidador y toda la infraestructura de servicios básicos. En un contexto de recursos escasos, la magnitud de estas obras despierta la atención sobre cómo y a quiénes se adjudicarán los contratos.
Allí surge el segundo interrogante: el rol de Hugo Testa, presente en el acto como asesor con rango de ministro de Córdoba. No se trata de un actor secundario: según reveló Mi Valle, Testa es considerado el “ministro de infraestructura en las sombras” del gobierno de Javier Milei.
Su influencia se proyecta desde Córdoba hacia la Nación: fue ministro de Obras Públicas e Infraestructura en las gestiones de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, y participó en la gestión del mega acueducto Santa Fe–Córdoba, financiado con fondos árabes por casi 400 millones de dólares. También apadrinó a funcionarios que hoy manejan áreas estratégicas como Vialidad Nacional, la CNRT y la Secretaría de Infraestructura.
Definido por algunos como “uno de los mejores ministros que tuvo la provincia” y por otros como “un megamillonario siempre en el esquema de poder”, Testa combina el bajo perfil con una capacidad notable para ubicarse en los lugares clave de decisión sobre la obra pública.
Cronología de Hugo Atilio Testa
Pre-1999: Ingeniero civil (UNC). Secretario de Obras Públicas en Alta Gracia.
1999–2006: Secretario de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba.
2003: Candidato a intendente de Alta Gracia (Unión por Córdoba).
2006–2015: Ministro de Obras Públicas e Infraestructura en gestiones de De la Sota y Schiaretti.
2000s–2025: Miembro y presidente del Consejo Interprovincial de Ministros de Obras Públicas (CIMOP).
2000s–2025: Impulsor de obras clave como el Acueducto Santa Fe–Córdoba (financiamiento árabe) y autovías provinciales.
2021: Participa en encuentros internacionales (ej. reunión con Battal Al Dosari).
2023–2025: Asesor con rango ministerial en la gestión de Martín Llaryora.
2001 (controversia): Involucrado en un accidente de tránsito en el que murió un niño de 5 años (fuente: Clarín). No tuvo consecuencias funcionales duraderas.
Con ese “backend político” a la vista, la pregunta central se vuelve ineludible: ¿quién gana realmente con el acuerdo Torres–Pullaro? Para algunos, es un triunfo de la gestión municipal y un paso firme hacia la recuperación de un espacio histórico. Para otros, la iniciativa abre la puerta a nuevos beneficios para sectores vinculados al poder provincial y nacional.
Más allá de las lecturas políticas, lo cierto es que la Colonia Santa Fe dejará de ser un predio olvidado y volverá a la vida pública. Resta por ver si la obra se convierte en un patrimonio recuperado para todos o en una caja política administrada por pocos.