Del veto al remix: cómo Marcos Torres cambió el beat de la democracia
El Ejecutivo Municipal autorizó la realización de una fiesta electrónica en el predio Berta Experience apenas 48 horas antes del evento, contradiciendo una decisión unánime del Concejo Deliberante. Las respuestas del intendente Marcos Torres y las declaraciones de los concejales Lucía Allende y Ricardo González exponen tensiones políticas y dejan interrogantes sobre la transparencia del proceso.
Un cambio de rumbo que genera polémica
El pasado 27 de diciembre de 2024, el Concejo Deliberante de Alta Gracia rechazó por unanimidad la habilitación de una fiesta electrónica en el predio Berta Experience. Con el apoyo de todas las fuerzas políticas, el rechazo parecía definitivo. Sin embargo, el Ejecutivo Municipal revirtió esta decisión el 16 de enero de 2025, apenas 48 horas antes del evento. Este cambio de postura desató una ola de críticas y sospechas sobre las motivaciones detrás de la habilitación.
El intendente Marcos Torres justificó la medida afirmando que los requisitos técnicos se habían cumplido, pero las dudas sobre la transparencia y la contradicción con la decisión del Concejo persisten.
Un evento de magnitud bajo la lupa
El sábado 18 de enero de 2025, el DJ británico John Digweed será el protagonista principal de una fiesta electrónica que promete convocar a más de 5.000 personas en el predio Berta Experience. El evento incluye un despliegue técnico impresionante, con 200 metros de pantallas LED y un sistema de sonido de última generación. Además, participarán artistas nacionales como Ezequiel Arias, Nacho Varela y Cruz Vittor.
Los precios de las entradas reflejan la magnitud del evento, con valores que alcanzan los $80.000 en su categoría VIP. La producción está a cargo de Dahaus, una empresa de amplia trayectoria en la organización de eventos electrónicos en Argentina y México.
Sin embargo, el impacto cultural y económico de este evento contrasta con las críticas al proceso de habilitación. El Ejecutivo Municipal autorizó el evento a último momento, desoyendo una decisión unánime del Concejo Deliberante. Este hecho plantea serias dudas sobre la transparencia del procedimiento y el respeto a la división de poderes.
Las críticas de Lucía Allende
La concejala Lucía Allende (UCR) fue categórica en sus cuestionamientos hacia el accionar del Ejecutivo. Desde sus redes sociales, expresó:
“Qué nivel de incoherencia: niegan una fiesta electrónica, con intervención judicial de por medio, y 48 horas antes del evento sí la autorizan. ¿Qué pasó en el medio? Se tienen que acabar las arbitrariedades de la gestión municipal de Marcos Torres.”
Allende subrayó la falta de explicaciones sobre lo que motivó este cambio de rumbo y cuestionó la legitimidad de las decisiones municipales.

La postura de Ricardo González
Por su parte, el concejal Ricardo González aclaró que el rechazo del Concejo no implicaba una prohibición general a las fiestas electrónicas, sino que se trató de la negativa a otorgar una excepción puntual. En sus palabras:
“Llegó al Concejo un pedido de excepción para habilitar la fiesta. Entonces, no se habilitaba por vía de excepción esa fiesta. No es que se prohibieron las fiestas electrónicas en Alta Gracia. Como la excepción es una facultad que se puede otorgar o no, en esta oportunidad no se otorgó.”
Además, González consideró que hubo malentendidos sobre el alcance de la medida inicial: “No creo que sea un tema de prohibición, sino simplemente que no se dio la excepción.”

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Las respuestas del intendente
Consultado por este medio, el intendente Marcos Torres respondió sobre los puntos más controvertidos del caso:
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¿Por qué se decidió habilitar la fiesta contradiciendo una decisión unánime del Concejo Deliberante? “El Ejecutivo habilita cuando se cumplen los requisitos. Antes no teníamos el contrato que acreditara el vínculo entre quien solicitaba la habilitación y la titular del predio. Una vez completados, se habilitó.”
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¿Qué cambió entre el rechazo en diciembre y la habilitación en enero? “El municipio inicialmente no habilitó porque faltaban muchos requisitos que luego fueron completados.”
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¿Cómo responde a la interpretación de que la habilitación tardía pudo haber buscado evitar recursos o amparos en contra? “No sé a quién y por qué debería generar sospechas una habilitación de una fiesta que se hizo en varias oportunidades y en distintos predios.”
A pesar de estas respuestas, el intendente evitó abordar cuestiones fundamentales sobre el respeto a la decisión unánime del Concejo y las implicancias democráticas de su accionar.
Las preguntas sin respuesta
El giro del Ejecutivo dejó varias preguntas abiertas:
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¿Por qué la autorización se dio apenas 48 horas antes del evento, dejando escaso margen para recursos judiciales?
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¿Qué motivó al Ejecutivo a desoír un rechazo unánime del Concejo Deliberante?
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¿Cómo se garantizará que este tipo de decisiones no debiliten la confianza en las instituciones democráticas de Alta Gracia?
Conclusión: más transparencia, menos dudas
La habilitación de la fiesta electrónica dejó un precedente inquietante sobre cómo se toman decisiones en la ciudad. La ciudadanía, a través de sus representantes, había dicho “NO” al evento. El cambio de rumbo del Ejecutivo no solo desestimó esa postura, sino que lo hizo de manera tardía, generando suspicacias difíciles de disipar.
Alta Gracia necesita claridad, no solo en el cumplimiento de requisitos técnicos, sino también en el respeto a las decisiones democráticas y a la división de poderes que sostienen el sistema institucional.