El modelo Bornoroni en el espejo de Santa María: cría cuervos y te sacarán los ojos

La crisis desatada en La Libertad Avanza por la designación de Laura Soldano como referente en Río Cuarto expuso algo más profundo: un modelo de conducción que se replica en distintos puntos de Córdoba. En el Departamento Santa María, muchos de los que fiscalizaron en 2023 afirman en off que lo que ocurre en Alta Gracia no es distinto: decisiones cerradas, nula construcción local y referentes que dejaron de escuchar. El modelo Bornoroni, reflejado en ese espejo, también muestra grietas.

En Río Cuarto, la designación de Laura Soldano generó una ruptura visible: al menos 20 desafiliaciones, acusaciones de verticalismo y fuertes críticas por imponer una figura sin arraigo territorial. La noticia fue publicada por Diario Alfil y encendió la alarma sobre el modo en que La Libertad Avanza toma decisiones en la provincia, bajo el liderazgo de Gabriel Bornoroni.

Pero esa fractura parece extenderse. Desde el Valle de Paravachasca, militantes de Alta Gracia y el Departamento Santa María comienzan a expresar en off un malestar que resuena con la misma frecuencia.

Todo comenzó con una pregunta lanzada en un grupo de WhatsApp de exfiscales de 2023, donde se compartió el artículo como disparador. La reacción pública fue mínima. El verdadero termómetro, sin embargo, llegó por canales privados: varios integrantes del grupo se comunicaron por fuera para manifestar en off su decepción con el estado actual del espacio local.

Los testimonios, si bien reservados, comparten un patrón común:

  • “Lo que pasa en Río Cuarto es un reflejo de lo que vivimos acá”, afirman.

  • “No hay lugar para la discusión ni para proyectar nada a futuro.”

  • “Los referentes locales no hacen absolutamente nada”, insisten con desilusión.

En Río Cuarto, el rechazo hacia Soldano —una figura con fuerte presencia en redes pero poco trabajo territorial— derivó en una ruptura formal. En Alta Gracia, la fractura es más silenciosa, más dispersa, pero igualmente profunda. No hay renuncias masivas, pero sí desconexión, falta de articulación y una sensación creciente de que el esfuerzo de 2023 se desvaneció sin haber sido canalizado.


Una metáfora que resuena

En ese contexto, un viejo dicho popular vuelve a cobrar sentido: “Cría cuervos y te sacarán los ojos.”
Aunque en Santa María, los cuervos no atacan. Simplemente se elevan, dejan de mirar abajo, y se desentienden.

No hay traición directa. Hay desdén. En lugar de conflicto, hay indiferencia. Y eso, dicen algunos en voz baja, es más hiriente que cualquier disputa.

Las estructuras que alguna vez se prometieron abiertas y horizontales hoy reproducen las mismas lógicas de exclusión que criticaban. No hay encuentros. No hay trabajo colectivo. No hay preparación de cara a 2027.

Y lo más alarmante: nadie lo discute abiertamente.


Un partido sin base no es un movimiento

En el Departamento Santa María, donde La Libertad Avanza tuvo un desempeño sólido en 2023, no se advierte ninguna señal de preparación seria para las próximas elecciones. No hay mesas activas, ni espacios de formación, ni siquiera interlocutores visibles. El capital humano que hizo posible aquella elección se diluye, mientras los liderazgos visibles parecen más enfocados en conservar un lugar que en construir uno nuevo.

El artículo de Diario Alfil termina con una advertencia clara: sin base militante, no hay movimiento duradero. Y si bien en Río Cuarto la ruptura fue explícita, en Santa María el síntoma es más silencioso… pero igual de grave.

La metáfora del cuervo no es un ataque. Es un espejo.
Uno que muestra que lo que alguna vez fue militancia, hoy camina en otra dirección.
Y si nadie baja a mirar, lo único que quedará serán los ecos de lo que pudo haber sido.

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