Leones, corderos y revoluciones: Reflexiones sobre el fenómeno Milei
Este editorial no es solo una mirada a las tensiones internas de «La Libertad Avanza», sino también un espacio para explorar los paralelismos históricos que iluminan el presente. Con humildad y pasión, quiero compartir estas reflexiones que surgen tanto del análisis como de una profunda admiración por los ciclos históricos que siempre nos enseñan algo nuevo.
Revolución en democracia
En el último año, fuimos testigos de un fenómeno político que prometía romper con el pasado, despertar leones y derribar las estructuras de una «casta» que parecía invulnerable. Pero toda revolución, incluso en democracia, tiene sus tensiones internas y sus costos.
La reciente partida de Eugenio Casielles de «La Libertad Avanza» me hizo recordar cómo, en la Revolución Francesa, figuras como Danton y Robespierre comenzaron unidos y terminaron enfrentados. La política, como la historia, no perdona la falta de cohesión. Las palabras de Casielles sobre la falta de democracia interna y la presencia de obsecuentes resuenan con las críticas que Robespierre enfrentó en su tiempo.
Lecciones del pasado
La historia nos enseña que las revoluciones no son lineales ni perfectas. Los conflictos internos son inevitables cuando hay ideales en juego. Y aunque las comparaciones pueden ser odiosas, es fascinante pensar en las similitudes entre aquel Reinado del Terror y la «revolución» libertaria de Milei.
Ambos líderes, con personalidades fuertes y un enfoque mesiánico, terminaron alejando a aliados clave. En el caso de Milei, esta desconexión parece ser política más que personal, pero el efecto es el mismo: la fragmentación amenaza con debilitar el movimiento.
¿Un futuro esperanzador?
Sin embargo, la esperanza no se pierde. Las tensiones actuales son, quizás, el resultado inevitable de intentar un cambio profundo en una democracia fatigada. Pero si algo queda claro es que la unidad será clave para que esta revolución no termine en un simple recuerdo de lo que pudo ser.
A quienes apoyan esta causa, les digo: revisen la historia, aprendan de sus lecciones y mantengan viva la llama del cambio. Porque, como bien decía Robespierre, «el secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlas ignorantes».
Por mi parte, seguiré reflexionando, escribiendo y dialogando con ustedes, queridos lectores, sobre estos fenómenos que nos impactan como sociedad. Los invito a debatir, a pensar y, sobre todo, a no perder de vista que, como en toda revolución, lo que importa no es solo el líder, sino también el pueblo que lo acompaña.
Gracias por acompañarme en esta reflexión. Nos seguimos leyendo en Suban el Volumen, porque en este medio, las grietas siempre serán un espacio para el análisis y la luz.