El fin del cepo cambiario desató una pulseada entre supermercados y empresas proveedoras. Mientras el gobierno alienta la resistencia a los aumentos, caen el consumo y se disparan los alimentos.
La liberalización del tipo de cambio impulsada por el gobierno de Javier Milei en abril de 2025 reconfiguró el escenario económico y encendió una disputa clave: la resistencia de supermercados mayoristas y cadenas a convalidar aumentos de precios que consideran especulativos. Las asociaciones Cadam y ASU lideran este rechazo, respaldadas por el propio Ejecutivo nacional.
Según Cadam, los nuevos precios carecen de sustento económico, ya que muchas empresas proveedoras venían operando con tipos de cambio más altos, como el dólar MEP. Por su parte, la Asociación de Supermercados Unidos apuntó contra “subas desmedidas y especulativas”, en línea con las declaraciones del ministro Luis Caputo, quien celebró que Molinos haya retrotraído sus aumentos.
La postura oficial fue incluso más contundente en boca del presidente. En una extensa entrevista, Javier Milei defendió con vehemencia esta “guerra de precios”: “Si suben los precios, se van a meter los productos en el orto”, dijo, en un mensaje que generó tanta repercusión como polémica. Desde el gobierno se promueve una campaña ciudadana para no validar aumentos injustificados con el eslogan: “Si te aumentan, no compres”.
El argumento de fondo se basa en que el nuevo sistema cambiario no implica una devaluación, sino un sinceramiento del mercado. Además, el Ejecutivo apunta a costos ocultos que distorsionan precios, como tasas sindicales, seguros obligatorios, contribuciones a Inacap y tributos provinciales o municipales.
En las provincias, algunas cámaras empresarias también se sumaron al congelamiento, como en San Juan. Sin embargo, no todos los actores han cedido: Página | 12 reporta subas entre el 3% y el 10% post-liberación del cepo, y otras alimenticias aún no retrotrajeron listas.
Mientras tanto, la realidad del bolsillo se endurece. El consumo cayó 5,4% anual en marzo y la inflación en alimentos fue del 5,9%. En los comercios, la incertidumbre sigue latente.
Otros sectores presentan dinámicas dispares. En el rubro automotor, Volkswagen subió precios, pero 23 marcas mantendrán los valores. El petróleo repuntó, generando alivio para Vaca Muerta pero presión en combustibles. Las prepagas prometen moderar ajustes en mayo, mientras los electrónicos ya sienten el impacto del dólar libre.
En síntesis, la eliminación del cepo no sólo modificó reglas de juego cambiarias, sino que reabrió la discusión sobre la formación de precios en Argentina. El gobierno se posiciona como defensor del consumidor, pero las tensiones persisten y la inflación todavía no cede. La incógnita es si esta batalla puede sostenerse sin costos mayores sobre el consumo y la producción.
📊 Reacciones por sector:
Supermercados: rechazo a aumentos de hasta 12%.
Automotriz: ajustes selectivos; VW aumentó, otras no.
Petróleo: suba internacional, presión local.
Prepagas: compromiso oficial de moderación.
Electrónicos e inmuebles: aumentos ya visibles.
📉 La Argentina posterior al cepo no se parece a una calma. Es una guerra silenciosa entre precios, poder de compra y narrativas de mercado.