Análisis Crítico sobre la Coalición Cívica en la Legislatura de Córdoba
La reciente adhesión de referentes de la Coalición Cívica al bloque de Hacemos Unidos por Córdoba en la Legislatura de la provincia plantea cuestionamientos sobre la coherencia y autonomía del partido y/o de las personas que lo integran en relación con sus principios y propósitos iniciales.
El acuerdo se presenta como parte de un cambio en el panorama político departamental, donde la Coalición Cívica de Santa María, crítica del oficialismo cordobés y municipal hasta hace semanas nada más, se une ahora al presidente Provisorio de la Legislatura, Facundo Torres, con el respaldo al gobierno de Marcos Torres en Alta Gracia y al gobernador Martín Llaryora.
La explicación brindada por Mariano Vera, referente de la Coalición Cívica, señala que la decisión se basa en la “buena relación y amistad política” mantenida con el oficialismo municipal en los últimos cuatro años (?). Sin embargo, la entrada de estos referentes como asesores de Facundo Torres plantea interrogantes sobre su capacidad para ejercer un control efectivo y crítico sobre las acciones gubernamentales.
La conexión entre la Coalición Cívica y el oficialismo provincial se complica aún más con ejemplos anteriores, como el caso de dirigentes en Villa Carlos Paz que forman parte del esquema de poder de Esteban Avilés. Esto podría indicar una tendencia de ciertos dirigentes de la Coalición Cívica a alinearse con fuerzas políticas contrarias a los principios originales del partido.
La situación se vuelve más compleja al considerar la participación de la Coalición Cívica a nivel nacional en el bloque «Hacemos Coalición Federal», junto a Cambio Federal y Hacemos por Córdoba en Diputados. Este acuerdo a nivel nacional, liderado por Miguel Ángel Pichetto, plantea interrogantes sobre la independencia de la Coalición Cívica y su capacidad para mantener una posición autónoma.
Las declaraciones de Mariano Vera respecto a las alianzas electorales que culminan después de las elecciones reflejan una visión pragmática, pero también podrían interpretarse como una justificación para alejarse de los principios fundacionales de la Coalición Cívica.
En el contexto de la política cordobesa y las recientes modificaciones al Tribunal de Cuentas de la Provincia de Córdoba que ya no limitan los controles y la revisión de gastos reservados, combustible, pasajes aéreos y auditorías, la participación de Mariano Vera, quien fue candidato a tribuno de cuentas y basó su campaña enfocado en críticas contra la transparencia de los Torres, permite plantear dudas sobre la efectividad del control de gastos del Departamento Ejecutivo Municipal de Alta Gracia, además habla sobre una moral elástica por parte de este dirigente, quien a pruebas vista, hubiese trasladado probablemente esa conveniente elasticidad al riguroso control que debería haber ejercido si hubiese sido elegido como tribuno de cuentas.
En resumen, la situación revela tensiones internas en la Coalición Cívica y plantea interrogantes sobre su capacidad para mantener una postura independiente y crítica frente al oficialismo, tanto a nivel local como provincial, y sobre su verdadero compromiso con los principios de transparencia y control fiscal. ¿Cuál es el verdadero compromiso de la Coalición Cívica con la rendición de cuentas y la transparencia, o están sacrificando sus principios por oportunidades políticas? ¿Porqué confiar en un dirigente que edificó su presencia política abogando por la integridad y transparencia pero que ahora revela un oportunismo laboral que ningún bien le hace a la política? Esta clase de personajes maniqueos y oportunistas dejan a la población con la certeza de que la política es un sistema cada vez más alejado de las necesidades de la gente.