Hamas e Israel: la nueva ofensiva que reaviva una guerra crónica y sin solución a la vista

Diez misiles disparados desde Gaza hacia Israel y más de 130 objetivos bombardeados en represalia por el ejército de Netanyahu marcan una nueva escalada bélica en Medio Oriente. En un contexto de máxima tensión regional, los analistas advierten que el conflicto podría desbordar las fronteras de la Franja. Mientras tanto, la población civil vuelve a quedar atrapada entre fuego cruzado, retóricas de odio y la indiferencia diplomática.

En las primeras horas del lunes 7 de abril, la milicia palestina Hamas lanzó diez misiles desde la Franja de Gaza hacia el sur de Israel, en lo que las autoridades israelíes definieron como el mayor ataque desde diciembre pasado. Las ciudades de Ashkelon y Sderot fueron alcanzadas, y aunque el sistema antimisiles “Cúpula de Hierro” interceptó la mayoría, varios proyectiles impactaron zonas urbanas. El resultado: múltiples heridos leves, destrozos en viviendas y vehículos, y una nueva alarma encendida en la comunidad internacional.

La respuesta del gobierno de Benjamin Netanyahu fue inmediata. En apenas unas horas, el ejército israelí desplegó una operación aérea de represalia que bombardeó más de 130 objetivos en Gaza, incluyendo túneles, arsenales y centros de mando que, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), están vinculados a Hamas. En Gaza, la población civil volvió a pagar el precio: al menos 15 personas resultaron heridas —entre ellas varios niños— y más de un centenar de familias fueron evacuadas de las zonas más castigadas.

Una espiral de violencia que se retroalimenta

La ofensiva no fue un episodio aislado. Según informó la cadena Al Jazeera, Hamas justificó el ataque como “respuesta proporcional a las masacres sionistas en Cisjordania”, en referencia a recientes incursiones del ejército israelí en Jenín y Nablus, donde murieron varios combatientes palestinos y civiles. Netanyahu, en cambio, acusó a Hamas de “usar a los civiles como escudos humanos” y prometió que “pagarán un alto precio”.

Este nuevo intercambio de fuego evidencia lo que analistas internacionales ya anticipaban: el conflicto israelí-palestino está entrando en una nueva fase, donde se multiplican los frentes y se reducen las mediaciones.

Mientras tanto, Netanyahu viajaba hacia Estados Unidos para reunirse con el expresidente Donald Trump, en un gesto que no pasó desapercibido: una reafirmación del eje ideológico entre ambos líderes en medio de crecientes cuestionamientos globales hacia el gobierno israelí por su política de expansión en Cisjordania y el tratamiento de la población palestina.

Claves para entender el conflicto actual

  • Una tregua inestable: Aunque desde 2022 no se produce una guerra a gran escala entre Israel y Hamas como en 2014 o 2021, los intercambios de fuego, incursiones militares, atentados y bloqueos mantienen a la región en un estado de guerra latente.

  • El factor regional: El ataque ocurre en un momento de tensión creciente entre Israel e Irán. Este último es acusado por Tel Aviv de financiar y armar tanto a Hamas como a Hezbollah. La posibilidad de que el conflicto se expanda al Líbano o a Siria preocupa a los organismos internacionales.

  • División interna en Israel: Netanyahu enfrenta una fuerte oposición interna por su reforma judicial y su alianza con partidos ultranacionalistas. Algunos sectores denuncian que “usa el conflicto con Hamas para desviar la atención” y reforzar su base electoral.

  • Crisis humanitaria en Gaza: Con un bloqueo terrestre y marítimo que ya lleva más de 15 años, Gaza vive una emergencia humanitaria crónica. Organizaciones como Human Rights Watch denuncian que los bombardeos israelíes agravan la situación de una población civil empobrecida, sin acceso pleno a electricidad, agua potable o atención médica.

¿Qué dice la comunidad internacional?

La reacción global fue cautelosa. Estados Unidos ratificó el derecho de Israel a defenderse, pero pidió contención. La Unión Europea, por su parte, instó a ambas partes a “detener la escalada”. Naciones Unidas expresó preocupación por el impacto en la población civil, especialmente en Gaza, y pidió un retorno urgente al diálogo. Sin embargo, no hay actualmente canales diplomáticos activos entre Hamas e Israel, lo que dificulta cualquier intento de mediación efectiva.

¿Qué se puede esperar ahora?

Todo indica que la situación seguirá escalando en los próximos días. La pregunta no es si habrá nuevos ataques, sino cuánto tiempo pasará hasta que se vuelva a hablar de guerra abierta. Mientras tanto, la sociedad israelí vive entre sirenas y refugios antiaéreos, y la palestina entre ruinas, cortes de energía y miedo constante.

El drama parece no tener fin. Y en ese eterno retorno de violencia, la solución política sigue tan lejos como siempre. Las víctimas, como siempre, son los pueblos atrapados entre los intereses de sus líderes y el silencio del mundo.

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