La aerolínea de bandera atraviesa una etapa de transformación sin precedentes: cerró oficinas, redujo personal y logró su primer balance operativo positivo desde 2008. Repasamos su evolución en cifras.
Aerolíneas Argentinas atraviesa un momento bisagra en su historia reciente. Tras años de déficits millonarios, en 2024 la empresa estatal logró un superávit operativo de 20,2 millones de dólares y comenzó un proceso de modernización y ajuste que incluye el cierre de oficinas comerciales y una fuerte apuesta a la digitalización.
Pérdidas históricas y recuperación reciente
Desde su reestatización en 2008, Aerolíneas Argentinas acumuló aproximadamente 7.900 millones de dólares en pérdidas, con un promedio anual cercano a los 400 millones de dólares. Sin embargo, en 2024 logró revertir esa tendencia.
Transformación comercial: adios a las oficinas físicas
Con el 99% de las ventas realizadas por canales digitales, Aerolíneas cerró 17 oficinas comerciales en abril de 2025 y cerrará dos más en mayo, quedando operativas solo las de Córdoba y Mendoza.
El cambio responde a la necesidad de reducir costos y adaptarse a los nuevos hábitos de consumo. Según explicaron voceros de la empresa, «hoy la venta presencial representa apenas el 1% del total de tickets emitidos». Esta reestructuración también busca potenciar la atención en aeropuertos, hacia donde será reubicado el personal de las oficinas cerradas.
Durante la pandemia, Aerolíneas ya había cerrado su oficina en Puerto Iguazú, y ahora completa un proceso de adaptación a los nuevos tiempos digitales.
Evolución de la cantidad de pasajeros
La cantidad de pasajeros transportados también muestra la recuperación tras la pandemia:
La cifra de 2024, además de ser la más alta registrada por la empresa, incluye también tickets correspondientes a vuelos de carga.
Cambios en la estructura laboral
Históricamente, Aerolíneas Argentinas presentó un alto promedio de empleados por avión, una métrica clave para evaluar eficiencia. Este índice bajó en los últimos años.
Aunque la comparación internacional sigue dejando a Aerolíneas por encima de competidores como Copa Airlines (70 empleados por avión) o Gol (97 empleados por avión), el descenso reciente es el más significativo en décadas.
Datos operativos de 2024
Superávit operativo: 20,2 millones de dólares
Superávit económico: 156.323,9 millones de pesos
Tickets vendidos: 18.391.301
Cabotaje: 10.161.301
Regionales: 1.770.029
Europa: 392.809
Interamérica: 388.021
Estados Unidos: 325.200
Otros/no asignados: 58.387
Carga: 5.295.554
Participación en mercado doméstico (2022): 68%
Participación en mercado internacional (2023): 23%
Tasa de digitalización de ventas: 99%
Mejoras en la puntualidad operativa
Aerolíneas Argentinas no solo logró su primer superávit operativo en 16 años, sino que también alcanzó niveles históricos de eficiencia en su operación.
Según el informe anual de Cirium, la compañía fue reconocida como la aerolínea más puntual de Sudamérica en 2024, con una tasa de puntualidad del 85,2%.
Este desempeño la ubicó por delante de competidores tradicionales como Copa Airlines y Azul. La mejora fue atribuida a una mejor gestión operativa, optimización de tiempos de escala y ajuste de turnos de tripulaciones, consolidando su reposicionamiento en la región.
Reconocimiento como mejor empleador del país
En paralelo a su transformación financiera y operativa, Aerolíneas Argentinas fue distinguida en 2025 como la empresa más atractiva para trabajar en Argentina, según el informe Randstad Employer Brand Research.
La compañía superó a multinacionales como Toyota, Mercado Libre y Globant, destacándose en estabilidad financiera, clima laboral y oportunidades de desarrollo.
Este reconocimiento se dio en medio de un contexto de reestructuración profunda, subrayando la fortaleza de la marca empleadora de Aerolíneas.
Una transformación en marcha
La estrategia de Aerolíneas Argentinas apunta a consolidar una compañía más eficiente, moderna y rentable. Aunque sigue existiendo debate público sobre su futuro, el 2024 marca un punto de inflexión que podría definir su viabilidad a largo plazo.
El cierre de oficinas, la digitalización de las ventas, la disminución de la dotación, las mejoras en puntualidad y la fortaleza como marca empleadora son los pilares que delinean esta nueva etapa.