¿Rebote o recuperación? Lo que los titulares no te dicen sobre la economía argentina

Aunque los medios celebran un crecimiento del 6,5% en enero, el dato esconde una realidad menos alentadora. El rebote técnico desde una base baja genera una ilusión de mejora que no se siente en la calle.

«La economía creció 6,5% en enero», titularon este miércoles los principales medios del país, tras la publicación del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) por parte del INDEC. A primera vista, parecería una buena noticia. Sin embargo, un análisis más profundo revela que ese “crecimiento” es relativo y no necesariamente representa una verdadera reactivación.

El dato del 6,5% corresponde a la comparación interanual entre enero de 2025 y enero de 2024, un período en el que la economía argentina atravesaba una fuerte contracción por la sequía, el recambio de gobierno y una inflación acelerada. La base de comparación era tan baja que cualquier repunte genera un salto porcentual alto, aunque la economía real siga deprimida.

Por eso, lo que estamos viendo es un rebote técnico más que una recuperación económica estructural. La diferencia es clave: mientras el rebote es una mejora puntual desde un piso muy bajo, una recuperación implica una tendencia sostenida en distintos sectores productivos. Y eso, por ahora, no está ocurriendo.

De hecho, el informe del INDEC muestra que el crecimiento mensual desestacionalizado fue de 0,6% respecto a diciembre, una variación modesta que se suma a otras mejoras leves desde septiembre, pero aún insuficiente para revertir el deterioro previo. Aunque el nivel de actividad recuperó terreno perdido tras la crisis de fines de 2023, todavía no alcanza los registros de principios del año pasado.

En cuanto a los sectores, las mayores subas interanuales se dieron en intermediación financiera (+25,7%), comercio mayorista y minorista (+11,3%) e industria manufacturera (+6,0%), todas con fuerte peso en el índice general. También crecieron la minería, electricidad, transporte y la construcción, esta última con un tibio +1,9% que no alcanza para borrar la caída acumulada: el nivel actual sigue 13,9% por debajo del de hace dos años, según datos del INDEC y consultoras privadas.

Por el contrario, cinco sectores cerraron enero en baja interanual: pesca (-3,8%), hoteles y restaurantes (-2,8%), servicios comunitarios (-2,6%), administración pública (-1,7%) y salud (-0,3%). Estas ramas restaron en conjunto 0,22 puntos porcentuales al EMAE.

Radiografía del rebote: qué hay detrás del 6,5%

Aunque el dato sorprendió por su magnitud, su principal explicación es estadística: en enero de 2024, segundo mes del gobierno de Javier Milei, la economía se desplomaba tras la megadevaluación y el inicio del plan de ajuste. Comparar con ese mes deprimido amplifica artificialmente el rebote actual.

No obstante, algunos analistas consideran que hay señales de recuperación real en sectores como comercio y finanzas, impulsados por la desaceleración inflacionaria y el regreso del crédito al consumo. La intermediación financiera fue el sector de mayor crecimiento, y el comercio lideró la incidencia positiva en el EMAE con +1,39 puntos porcentuales.

¿Eso implica una economía en marcha sólida? No del todo. La industria aún está 5,9% por debajo del nivel de enero 2023, y la recuperación es desigual. Por ejemplo, mientras el agro creció solo 0,8% en el último año, el efecto base es tan fuerte que comparado con inicios de 2023 está más de 10% arriba por la mejora climática.

La reactivación también muestra límites: el turismo interno cayó, desplazado por viajes al exterior tras la apreciación cambiaria, y la apertura de importaciones empieza a afectar la producción nacional. Según la UIA, el 42% de las industrias reporta caída en producción y ventas, y solo un 11% aumentó personal en el arranque de 2025.

En suma, la economía argentina parece haber dejado atrás la recesión de 2023, pero enfrenta una recuperación parcial, con sectores aún golpeados y un escenario incierto para los próximos meses. La discusión pública gira en torno a si este repunte será sostenible o efímero.

Desde el oficialismo, el presidente Milei celebró el dato como confirmación del éxito de su plan económico. Desde sectores críticos, se advierte sobre el riesgo de sobreinterpretar un rebote coyuntural como un cambio de ciclo.

El EMAE de enero fue un alivio, pero no una garantía. La economía empieza a mostrar signos de vida, aunque todavía le falta oxígeno.

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