A pesar de ser una obligación legal y una herramienta clave para el acceso a la información pública, la publicación del Boletín Oficial de Alta Gracia sigue dependiendo de la presión ciudadana. Estamos en marzo y los últimos boletines cargados datan de enero.
El Boletín Oficial debería ser un instrumento público de actualización periódica, una práctica institucional sostenida, transparente y accesible. Sin embargo, en Alta Gracia, solo se actualiza cuando se lo exige, como si la rendición de cuentas fuera un favor y no un deber.
Octubre de 2024. Desde Suban El Volumen alertamos que el Boletín Oficial estaba paralizado desde agosto de ese año. La Carta Orgánica exige su publicación mensual para que cualquier ordenanza, decreto o resolución entre en vigencia. También establece que se debe publicar información presupuestaria detallada. Nada de eso estaba ocurriendo.
Ese mismo día, tras la nota publicada, la Municipalidad reaccionó y cargó de golpe los boletines de septiembre, octubre y noviembre de 2024. Un claro ejemplo de cómo la presión social activa el mecanismo.
Febrero de 2025. Volvimos a verificar el portal oficial y descubrimos que otra vez estaba desactualizado. Faltaban los boletines de diciembre y enero. Tras un nuevo reclamo público, nuevamente aparecieron publicados, en bloque, ambos ejemplares.
Marzo de 2025. Hoy, 25 de marzo, la historia se repite. Solo está disponible el boletín de enero 2025, lo que indica que febrero y marzo están ausentes, incumpliendo nuevamente con la Carta Orgánica.
Esta lógica de “publicación a pedido” vacía de contenido el concepto de acceso a la información pública. Si el Boletín Oficial solo aparece cuando hay presión, se convierte en una herramienta manipulada. Se pierde la previsibilidad, la confianza y, sobre todo, el control ciudadano.
El municipio no solo incumple con los plazos legales: también viola el espíritu democrático que sostiene la transparencia. El Boletín debe ser un canal constante, libre, abierto y sin obstáculos para que cualquier vecino pueda conocer qué decisiones se toman y cómo se ejecutan los recursos públicos.
La Carta Orgánica exige, además, dos informes anuales de ejecución presupuestaria, uno de ellos con fecha límite el 31 de octubre. Hasta el momento no hay evidencia clara de que se haya cumplido con esta obligación, a pesar de las publicaciones tardías.
El acceso a la información pública no puede funcionar como un sistema “on demand”. La transparencia no es optativa, ni parcial, ni circunstancial. O se cumple, o se incumple.
Alta Gracia merece instituciones que informen sin que haya que pedirlo. Un gobierno que publica el Boletín solo cuando lo apuran, no es un gobierno transparente: es uno que elige cuándo mostrarse y cuándo ocultarse.