Trump impone aranceles del 25% al acero y aluminio argentino y tensiona las relaciones con Milei

La administración de Donald Trump reimpone aranceles del 25% a las exportaciones de acero y aluminio desde Argentina. La medida afecta exportaciones por más de USD 600 millones anuales y golpea de lleno a empresas como Aluar. El presidente Javier Milei busca revertir la situación mediante un tratado de libre comercio.

Desde el 5 de abril de 2025, Estados Unidos volverá a aplicar un arancel del 25% sobre el acero y aluminio argentino, una medida confirmada por Donald Trump en el marco de una estrategia comercial de “aranceles recíprocos” anunciada el 2 de abril. Esta decisión revierte las exenciones que Argentina había conseguido en 2018 durante el primer mandato de Trump, cuando se le permitió exportar bajo un régimen de cuotas. En esta ocasión, no hay excepciones ni contemplaciones, lo que ha generado controversia tanto en ámbitos diplomáticos como económicos.

La política afecta exportaciones argentinas por más de USD 600 millones anuales, de acuerdo con datos históricos que indican que el 21% de las ventas de aluminio, hierro, acero y sus manufacturas de Argentina tenían como destino EE.UU. Entre los sectores más perjudicados se encuentra Aluar, la principal productora de aluminio del país, que destina el 40% de su producción al mercado estadounidense.

Según un análisis del portal Ámbito, el impacto macroeconómico para Argentina podría ser relativamente limitado, ya que el país no exporta vehículos a EE.UU., uno de los sectores más castigados por los nuevos aranceles. Sin embargo, las consecuencias sectoriales son severas, afectando directamente a empresas con una alta dependencia del comercio bilateral con EE.UU.

El argumento de Trump se basa en un supuesto déficit comercial con Argentina, pero los datos oficiales de 2024 muestran un superávit argentino de USD 229 millones: exportaciones por USD 6.454 millones frente a importaciones por USD 6.225 millones. Este dato contradice la narrativa del expresidente estadounidense y pone en cuestión los fundamentos económicos de la medida.

Durante el mandato anterior de Trump, en 2018, Argentina había conseguido una exención a estos aranceles tras intensas gestiones diplomáticas, junto a Brasil y Corea del Sur. Esa exención se sostuvo hasta diciembre de 2019. En cambio, en 2025, la administración estadounidense ha dejado claro que no habrá nuevas concesiones para el país sudamericano.

El gobierno de Javier Milei se encuentra en una encrucijada. Si bien el presidente argentino mantiene una estrategia de acercamiento con EE.UU. y ha planteado la posibilidad de un tratado de libre comercio, Trump parece inclinarse por una agenda proteccionista donde los aranceles son la principal herramienta de política comercial.

El panorama se vuelve más complejo si se considera que otros países como México y Canadá lograron suspensiones temporales, mientras que China y la Unión Europea enfrentan tarifas aún más altas. Argentina, sin embargo, ha quedado sin margen de negociación, al menos en esta primera etapa.

En conclusión, las nuevas tarifas de Trump golpean duro a sectores específicos de la economía argentina, especialmente los vinculados al aluminio y el acero, mientras que la narrativa oficial sobre déficits comerciales no se condice con los datos reales. La relación bilateral, que Milei busca fortalecer, enfrenta así un nuevo obstáculo que pondrá a prueba su capacidad de negociación en un contexto global cada vez más proteccionista.

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