Falleció a los 80 años Hugo Orlando Gatti, histórico arquero argentino e ídolo de Boca Juniors. Con 765 partidos en Primera División, dos Copas Libertadores, una Intercontinental y un estilo irreverente, cambió para siempre el rol del arquero en el fútbol.
Hugo Orlando Gatti, conocido universalmente como “El Loco”, murió este sábado 20 de abril de 2025 a los 80 años, en el Hospital Pirovano de la Ciudad de Buenos Aires. Había sido internado dos meses antes por una neumonía, tras sufrir un accidente doméstico que le causó una fractura de cadera. La complicación pulmonar derivó en un cuadro severo de insuficiencia cardíaca y renal. Según informaron fuentes oficiales, su familia tomó la decisión de retirarle el respirador al confirmarse la irreversibilidad clínica.
Gatti no fue un arquero más. Fue un personaje, un revolucionario bajo los tres palos, un ícono de la irreverencia en el fútbol argentino. Con 765 partidos en Primera División, comparte el récord de penales atajados (26) con Ubaldo Fillol y es considerado uno de los tres mejores arqueros argentinos del siglo XX según la IFFHS. Ganó tres títulos nacionales con Boca Juniors (Metropolitano 1976, Nacional 1976 y Metropolitano 1981), dos Copas Libertadores (1977 y 1978) y una Copa Intercontinental (1977).
Un recorrido de película
Nacido el 19 de agosto de 1944 en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, Hugo Gatti comenzó como delantero en inferiores, lo que luego —según él— le permitió “pensar como el rival” cuando atajaba. Su ídolo fue Amadeo Carrizo, a quien vio en cancha por primera vez a los 16 años. Debutó en Atlanta en 1962, pasó por River Plate entre 1964 y 1968, luego por Gimnasia y Esgrima La Plata (1969-1974), Unión de Santa Fe (1975) y, finalmente, se convirtió en leyenda en Boca Juniors desde 1976 hasta su retiro en 1988.
Allí, con la azul y oro, vivió sus momentos más gloriosos. Fue figura clave en la final de la Copa Libertadores 1977, donde le atajò un penal decisivo a Vanderley del Cruzeiro. Su paso por Boca incluye 417 partidos oficiales, aunque algunas fuentes amplían ese número a 548 incluyendo amistosos y torneos no oficiales.
Estilo único y apodo eterno
Gatti rompió moldes. Su estilo era más posicional que de reflejo, algo inusual en su época. Solía salir del área con los pies, usar el pecho, provocar a los delanteros y hasta pelearse con hinchas. Su apodo, “El Loco”, lo acompañó desde sus inicios por esa forma excéntrica de jugar y vivir el fútbol. Fue pionero en el uso de vinchas, guantes personalizados y declaraciones picantes.
Jugó hasta los 44 años, algo casi inédito. Fue premiado con el Olimpia de Plata al mejor futbolista argentino en 1982 y dejó huella también en la Selección Nacional, con 18 partidos disputados, formando parte del plantel en el Mundial de Inglaterra 1966 y en la Copa América 1975.
Una vida que traspasó el deporte
En los últimos años, Gatti vivía entre España y Argentina. Se había radicado en Madrid y participaba como panelista en el programa televisivo «El Chiringuito», donde mantenía intacta su personalidad polémica. En junio de 2024 sufrió un golpe emocional muy fuerte con la muerte de su esposa, la exmodelo Nacha Nodar, tras una larga enfermedad.
Su figura trascendió el deporte: fue parte de la cultura popular, protagonista de álbumes como “Leyendas del fútbol”, cartas coleccionables como los «naipes Golazo», publicidades y hasta juguetes inspirados en su imagen. Fue un personaje con mayúsculas.

El último vuelo
La noticia de su muerte generó impacto inmediato en el mundo del fútbol. Clubes, exjugadores, periodistas y fanáticos compartieron mensajes de despedida y homenaje. Desde Daniel Angelici hasta Martín Palermo, pasando por excompañeros como Roberto Mouzo y periodistas deportivos, todos coincidieron en algo: Gatti fue único.
Con su muerte, no solo se va un arquero, sino una forma de entender el fútbol. De esas que ya no se ven. Un loco, sí. Pero un loco hermoso. Y sobre todo, valiente.
Que la tierra te sea leve, Hugo. Gracias por tanto.