El Concejal Que Dijo Que El Rey Va Desnudo: Debate por el Uso de Recursos Públicos en el Concejo Deliberante
En un tenso cruce en el Concejo Deliberante de Alta Gracia, el concejal Ricardo González denunció lo que considera un mal uso de los recursos públicos en el tratamiento del Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial. Su intervención, que hacía eco de las inquietudes de los vecinos, generó una reacción de incomodidad en el presidente del Concejo, Jorge De Nápoli, quien intentó frenar la declaración. Como en el cuento del rey va desnudo, el concejal expuso lo que otros prefieren callar.
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En una sesión que recuerda a la clásica parábola de “El traje nuevo del emperador”, el concejal Ricardo González tomó la palabra en el Concejo Deliberante de Alta Gracia y, como el niño que grita «¡el rey va desnudo!», expuso una realidad que parece evidente para los vecinos pero que incomoda al poder: el cuestionable uso de recursos públicos en el tratamiento del Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial (POUT).
González, representante de los vecinos, empezó su discurso con una denuncia clara: los recursos del municipio no deberían ser gastados dos veces en estudios y evaluaciones que ya fueron realizados en el pasado. “Durante cuatro años solicitamos el tratamiento del POUT y nunca tuvimos resultado. Me llama la atención que el mismo intendente que antes no le interesaba, ahora sí le interesa”, declaró el edil, dejando en evidencia una falta de coherencia que, según él, resulta difícil de explicar a los vecinos.
El concejal hizo referencia a los años en los que el proyecto estuvo, según sus palabras, “cajoneado” debido a conflictos y “celos políticos” entre figuras de anteriores gestiones. Este proyecto de ordenamiento, que es clave para el desarrollo urbano de la ciudad, finalmente volvió a tratarse, pero González planteó la inquietud de muchos ciudadanos sobre el despilfarro de recursos: “No podemos gastar dos veces. El vecino está cansado de ver cómo se duplican los gastos en obras que, muchas veces, ya se han hecho o se planificaron en el pasado.”
La incomodidad del Presidente del Concejo
Al pronunciar la palabra “despilfarro”, González pareció atravesar una línea invisible. Como en la historia del rey que se ofende al oír la verdad sobre su «inexistente» traje, el presidente del Concejo, Jorge De Nápoli, lo interrumpió. Invocando los artículos 154 y 155 del reglamento, De Nápoli afirmó que el concejal estaba haciendo “imputaciones” y realizando alusiones indebidas a los poderes públicos y sus miembros. La incomodidad de De Nápoli era evidente; sus intentos de frenar la intervención de González dejaron entrever un malestar por el cuestionamiento a la administración y a la asignación de fondos públicos.
Lejos de retractarse, González defendió su posición: “Estoy hablando en nombre de los vecinos, señor Presidente. No estoy haciendo ninguna imputación, solo estoy expresando lo que siente la gente: que hay despilfarro cuando las obras se hacen dos veces”. El concejal insistió en que su rol como representante del pueblo es señalar estas irregularidades, guste o no guste al oficialismo.

La lucha por la libertad de expresión en el recinto
El cruce entre González y De Nápoli rápidamente se convirtió en una discusión sobre la libertad de expresión dentro del recinto deliberativo. Como representante electo, González defendió su derecho a expresar las preocupaciones de la ciudadanía sin ser interrumpido. “Cada vez que se habla, interviene. La libertad de expresión es cero,” sostuvo, dirigiéndose al presidente del Concejo, en una frase que resonó entre sus pares.
El episodio del «rey desnudo» en el Concejo Deliberante de Alta Gracia subraya una realidad incómoda para el oficialismo: los concejales de la oposición, como González, no se limitan a aprobar en silencio, sino que están dispuestos a señalar aquellas verdades que incomodan. Al igual que en la parábola, la intervención de González sirve como un recordatorio de que la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales en la política local, aunque algunos prefieran que estas voces críticas no se escuchen.
Este incidente plantea interrogantes sobre la calidad democrática en el Concejo y el derecho de los representantes a expresar las demandas y preocupaciones de sus votantes. Los vecinos de Alta Gracia, por su parte, esperan que los recursos públicos se gestionen con claridad y responsabilidad, y que el «traje» de transparencia no sea una ilusión.